La xilografía japonesa o “mokuhanga” tiene su origen en China donde se desarrolla principalmente para la impresión de textos. Desde allí se traslada la técnica a Japón, donde llegará a convertirse en una técnica que alcanzará su máxima expresión convirtiéndose en arte.
Su influencia será clave en el desarrollo de las vanguardias del siglo XX y todavía hoy continúa evolucionando dejando un legado de obras, artistas y escuelas que en la actualidad continúan activas.
Las principales diferencias entre el mokuhanga y la xilografía occidental son el uso de pigmentos a base de agua, su particular sistema de registro (kentos) y el uso del baren (herramienta de mano que se utiliza para imprimir). Asimismo esta forma de impresión mediante el uso del baren, ofrece muchas variantes en los resultados que permiten efectos y texturas imposibles o muy difíciles de conseguir. Pero… ¿por qué utilizar la técnica de la xilografía japonesa en la actualidad?
Es importante destacar que es una técnica en la que no son necesarias maquinarias especializadas como prensas o tórculos para su estampación, lo que la convierte muy probablemente en una de las técnicas de grabado más accesibles a todas las personas, puesto que no requiere de grandes espacios y permite desarrollar la creatividad incluso en casa. También se puede resaltar la ausencia de elementos tóxicos para el medio ambiente como elemento diferenciador. Esta es sin duda una técnica artística que nos permite eliminar el mayor número de elementos contaminantes y perjudiciales para el organismo y el medio ambiente.
El Estudio de Xilografía Fabiola Gil, siendo consciente de la necesidad de dar a conocer cuantas más técnicas artísticas posibles, se ha propuesto el reto de dar a conocer y trasladar a cuantas personas se sientan atraídas por la xilografía japonesa su experiencia, pasión y conocimientos acerca de esta técnica aportando un pequeño grano de arena en su difusión.